Uso de bioestimulantes en el cultivo de cannabis

Cuando cultivamos cannabis, todos buscamos lo mismo: plantas más sanas, cogollos más sabrosos y una cosecha generosa. En ese camino, cada vez más cultivadores están descubriendo el poder del uso de bioestimulantes en el cultivo de cannabis. ¿De qué hablamos exactamente? Pues de productos naturales que no son fertilizantes en sí, pero que ayudan a que las plantas crezcan más fuertes, aprovechen mejor los nutrientes y resistan mejor el estrés. Y lo mejor es que muchos de ellos vienen directamente de la naturaleza: algas, hongos beneficiosos, aminoácidos... pequeños aliados verdes que pueden marcar una gran diferencia.

En este artículo del blog de Del Verde Al Morao, tu grow shop online de confianza, te contamos todo lo que necesitas saber sobre estos bioestimulantes. ¿Qué son?, ¿cómo se usan?, ¿qué tipos existen y por qué son una opción cada vez más popular entre quienes cultivan en interior o exterior? Si buscas una forma más ecológica, eficaz y respetuosa de potenciar tus plantas, quédate por aquí.

¿Qué son los bioestimulantes y por qué usarlos en el cannabis?

Los bioestimulantes son productos que ayudan a las plantas a crecer mejor, pero a diferencia de los fertilizantes, no aportan nutrientes directamente como el nitrógeno, fósforo o potasio. Lo que hacen es estimular los procesos naturales de la planta, como si le dieran un pequeño empujón para que aproveche mejor lo que ya tiene a su alcance.

Pueden mejorar la salud de las raíces, facilitar la absorción de nutrientes, aumentar la resistencia frente a plagas o condiciones difíciles (como mucho calor o poca agua) e incluso mejorar el tamaño y la calidad de los cogollos, en el caso del cannabis. Suelen estar hechos a partir de ingredientes naturales como algas, extractos vegetales, hongos beneficiosos (que ya hemos visto en el artículo sobre las micorrizas) o aminoácidos, por lo que también son una opción más ecológica frente a los productos químicos tradicionales.

¿Por qué vale la pena usar bioestimulantes en tus plantas?

Usar bioestimulantes en el cultivo de cannabis va mucho más allá de “crecer más rápido”. Su verdadero valor está en que mejoran los procesos naturales de la planta, ayudándola a rendir más y sufrir menos, sin forzarla. Estos son sus beneficios más importantes:

Favorecen un sistema radicular más fuerte

Muchos bioestimulantes actúan directamente sobre las raíces, haciendo que sean más largas, densas y ramificadas. Esto es clave porque unas raíces sanas = una planta fuerte desde la base, capaz de absorber mejor el agua y los nutrientes desde el primer momento.

Mejoran la absorción y aprovechamiento de los nutrientes

No es solo “dar comida”, sino ayudar a que la planta aproveche mucho mejor lo que ya tiene disponible. Esto significa menos desperdicio de fertilizante y una nutrición más equilibrada. Incluso con fertilización moderada se pueden lograr grandes resultados.

Aumentan la resistencia al estrés

Calor, frío, trasplantes, sequía, exceso de luz, cambios bruscos en el pH... El cannabis sufre con facilidad. Los bioestimulantes actúan como un escudo biológico, ayudando a la planta a recuperarse más rápido y mantener su ritmo de crecimiento aun en condiciones menos ideales.

Mejoran el rendimiento y la calidad final de la cosecha

No solo pueden aumentar la producción, sino también la densidad de los cogollos, su aroma, resina y perfil de terpenos. Es un beneficio muy valorado por cultivadores que buscan calidad, no solo cantidad.

Favorecen un cultivo más ecológico y sostenible

La mayoría de bioestimulantes están hechos con ingredientes naturales. Esto permite reducir el uso de químicos agresivos, mantener un suelo más vivo y cultivar de forma más respetuosa con el entorno. Ideal para quienes buscan un enfoque orgánico.

Tipos de bioestimulantes: guía para cultivadores de cannabis

A continuación revisamos los principales tipos de bioestimulantes:

Microorganismos benéficos (micorrizas, bacterias promotoras del crecimiento, Trichoderma)

Estos bioestimulantes consisten en hongos o bacterias que se asocian al sistema radicular de la planta, mejorando la absorción de agua y nutrientes, y protegiendo frente a ciertos patógenos o situaciones de estrés.

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Extractos de algas marinas y microalgas

Estos productos se extraen de algas y contienen fitohormonas naturales (auxinas, citoquininas), polisacáridos, micronutrientes y otros compuestos que favorecen el crecimiento, la floración, la resistencia al estrés y la absorción de nutrientes.

Aminoácidos, proteínas hidrolizadas y extractos vegetales

Aportan compuestos muy fácilmente absorbibles por la planta (aminoácidos libres, péptidos), que actúan como “combustible extra” para el metabolismo vegetal, especialmente en fases de crecimiento, trasplante o estrés. Ayudan a que la planta aproveche mejor la nutrición y mantenga un buen desarrollo celular.

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Ácidos húmicos y fúlvicos / acondicionadores de suelo orgánicos

Este tipo actúa más a nivel del sustrato, mejorando la estructura del suelo, favoreciendo la retención de humedad, el intercambio iónico y la vida microbiana. Aunque no directamente “estimulan” la planta como una hormona, crean un medio más favorable para que la planta crezca con menos estrés.

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Diferencias entre cultivo indoor y outdoor

El uso de bioestimulantes es válido y beneficioso tanto en cultivos de interior como en exterior, pero la forma de aplicarlos —y el beneficio que aportan— puede variar ligeramente según el entorno.

En cultivos de interior, las plantas crecen en un entorno controlado pero no natural: luz artificial, ventilación forzada, sustratos en macetas… Esto significa que el suelo o medio de cultivo no tiene la vida microbiana natural que sí encontramos en la tierra exterior. Por eso, los bioestimulantes con micorrizas, trichoderma o bacterias beneficiosas son especialmente interesantes en interior ya que ayudan a recrear ese ecosistema vivo que la planta necesita para alimentarse de forma eficiente. Además, en indoor las plantas suelen estresarse con facilidad por temperatura, humedad o luz intensa, por lo que bioestimulantes como aminoácidos o extractos de algas también se usan mucho para reforzar su resistencia al estrés y mantener un metabolismo activo durante todo el ciclo.

En cultivos de exterior, la planta crece en suelo vivo y recibe condiciones naturales, lo que supone ventajas y riesgos a la vez. Aquí los bioestimulantes se utilizan mucho para prevenir el estrés climático (olas de calor, viento, sequía), mantener el suelo fértil y microbiológicamente activo, y potenciar la fase de floración sin forzar artificialmente a la planta. Productos como ácidos húmicos, algas marinas o bioestimulantes radiculares funcionan muy bien para mejorar el terreno, reforzar las defensas naturales y favorecer un desarrollo equilibrado y sostenible. Además, en exterior los bioestimulantes son ideales para quienes buscan un enfoque más orgánico, limpio y respetuoso con el entorno, ya que muchos de ellos son 100 % naturales y sin residuos.

¿Cómo aplicar correctamente los bioestimulantes?

Los bioestimulantes pueden aplicarse de distintas maneras según el tipo de producto y el momento del cultivo. El método más común es a través del riego, mezclándolos con el agua para que actúen directamente sobre las raíces. Es ideal para micorrizas, ácidos húmicos y extractos de algas, especialmente en etapas como germinación, trasplante o crecimiento.

Otra opción muy utilizada es la aplicación foliar, pulverizando el producto sobre las hojas para que la planta lo absorba rápidamente. Se usa sobre todo con aminoácidos, vitaminas y algas marinas cuando buscamos una respuesta inmediata ante estrés o carencias. Eso sí, siempre debe hacerse cuando la luz no esté intensa, como al final del fotoperiodo o al atardecer.

También existe la aplicación directa en el sustrato al trasplantar, especialmente con micorrizas o trichoderma en polvo. Colocarlas en contacto con las raíces permite que colonicen el entorno radicular desde el inicio, fortaleciendo la planta desde el primer día.

Muchos cultivadores combinan estos métodos a lo largo del ciclo, adaptando el tipo de bioestimulante a cada fase. Lo importante es no saturar la planta y seguir siempre las recomendaciones del fabricante para obtener el máximo beneficio.

Bioestimulantes: un aliado real para tus plantas

En resumen, los bioestimulantes se han convertido en un aliado fundamental para cualquier persona que quiera sacar lo mejor de sus plantas de cannabis, ya sea en interior o en exterior. No solo potencian el crecimiento y la floración, sino que ayudan a la planta a aprovechar mejor los nutrientes y a resistir el estrés de forma natural, sin necesidad de recurrir a productos agresivos.

Si buscas un cultivo más sano, eficiente y sostenible, incorporar bioestimulantes a tu rutina es un paso seguro y acertado. En Del Verde Al Morao encontrarás diferentes opciones adaptadas a cada etapa del cultivo, para que puedas empezar a beneficiarte desde hoy mismo. ¡Tu planta lo va a notar, y tú también!

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